Los algoritmos se comerán el mundo
Cómo el software pasó de ser una herramienta para la eficiencia para convertirse en una palanca de valor estratégica en los negocios de la era digital.
A principios de la década pasada muchos analistas e inversionistas mantenían una percepción bastante adversa hacia los negocios digitales. En ellos permanecía el recuerdo del colapso de las puntocoms algunos años atrás y, aunque hoy suene muy extraño, no daban crédito a las altas valoraciones que estaban logrando emprendimientos como Facebook y Twitter. Para contrarrestar esta percepción negativa, Marc Andreessen, uno de los emprendedores e inversionistas de riesgo más reconocido de Silicon Valley, escribió un famoso artículo titulado “Por qué el software se está comiendo el mundo”. En este explicaba no solo por qué las valoraciones de esta nueva generación de startups estaban justificadas; sino también el potencial disruptivo de las empresas basadas en software hacia el futuro:
Toda la tecnología necesaria para transformar industrias a través del software finalmente funciona y puede distribuirse ampliamente a escala global.
[…]Mi propia teoría es que nos encontramos en medio de un cambio tecnológico y económico dramático y amplio en el que las empresas de software están preparadas para apoderarse de amplios sectores de la economía.
Para Andreessen, la explosión de la burbuja de internet que a principios de siglo que ocasionó la quiebra o cierre de casi 5.000 startups y evaporó más de $5.000 millones de valor de mercado, era una etapa superada y no representaba lo que estaba sucediendo alrededor de Silicon Valley en ese momento. Luego de esta dolorosa depuración de los negocios tecnológicos empezó un nuevo período de empresas que estaban creciendo con bases de negocios firmes.
Estas son algunos de los emprendimientos que habían surgido entre el estallido de la burbuja de internet y la publicación del artículo de Marc Andreessen:
En los años siguientes industrias como el comercio, entretenimiento, telecomunicaciones, marketing y reclutamiento, entre otras, empezaron a ser lideradas por otras más nuevas y tecnológicas como Amazon, Netflix, Spotify, Google o LinkedIn. Como resultado, la animadversión hacia los negocios de base tecnológica fue desapareciendo gradualmente, pero no así el desconocimiento acerca de la potencia disruptiva del software; o de los algoritmos, como cada vez más se les llama.
Todavía, para muchos actores del mundo de los negocios de base tecnológica, pareciera que la fuente de generación de valor está en la agilidad y eficiencia derivada de nuevas tecnologías digitales como computación en la nube, bases de datos, o internet de las cosas. Pero esas tecnologías, aunque muy necesarias, no son suficientes para sostener la creación de valor en el largo plazo. Lo que realmente confiere valor a los negocios es la capacidad resolutiva y propiedad de sus algoritmos.
Entonces, ¿cuáles son esas nuevas capacidades de los algoritmos que ahora se convierten en palancas estratégicas de creación de valor en un mundo de constantes avances tecnológicos?
Más allá de la eficiencia operacional
Históricamente hemos implementado o desarrollado software, o algoritmos, para ser más eficientes en nuestros negocios. Sin embargo, ahora, estas piezas de programación también permiten ampliar las formas de generación de valor a través de mejoras en la experiencia de los clientes, escalamiento rápido de los negocios, toma de mejores decisiones y posibilidades de innovación.
A continuación, algunos de los usos de los algoritmos en negocios digitales.
Eficiencia y reducción de costos
Los algoritmos permiten automatizar tareas complejas y optimizar las operaciones del negocio:
Mejorar la logística, como la optimización de rutas para los servicios de entrega (por ejemplo, Amazon y Uber).
Reducir los fraudes en los servicios financieros mediante el análisis de patrones de transacciones y comportamientos anómalos.
Automatizar tareas repetitivas, lo que reduce la necesidad de mano de obra y reduce los costos.
Al hacer que los procesos sean más rápidos y eficientes, los algoritmos ayudan a las empresas a aumentar la rentabilidad y mantener una estructura operativa ágil.
Experiencia del cliente
Los consumidores esperan en la actualidad experiencias altamente personalizadas, y los algoritmos lo hacen posible. Plataformas como Netflix, Spotify y TikTok utilizan sofisticados motores de recomendación para:
Sugerir contenidos que con base en las preferencias de cada usuario.
Mantener a los usuarios interesados mediante sevicios y contenidos que respondan a sus necesidades específicas e impulsar la recurrencia de uso.
Usar las valoraciones y recomendaciones de los usuarios para jerarquizar los contenidos.
La capacidad de brindar una experiencia personalizada a escala a través de algoritmos, y no de una atención “cara a cara”, es un factor importante para mejorar la experiencia de los usuarios y sus tasas de retención.
Escalabilidad
Una de las mayores ventajas de los algoritmos es que permiten el escalamiento de las operaciones del negocio de forma más que proporcional a las inversiones en ampliación de las capacidades tecnológicas.
A diferencia del trabajo humano, que crece linealmente con la demanda y una gran inversión en talento, recursos y espacios físicos, un algoritmo puede manejar millones de transacciones con un costo adicional mínimo. Esta escalabilidad es lo que permite a empresas como Google, Facebook y OpenAI atender a millones de usuarios sin aumentos exponenciales en los gastos.
Toma de decisiones
En la economía actual las empresas deben ser algorítmicamente inteligentes mediante el desarrollo de capacidades analíticas que les permitan:
Predecir la demanda y optimizar sus niveles de inventarios (p. ej., la sincronización y eficiencia de la cadena de suministro de Amazon).
Ajustar precios de forma dinámica en tiempo real (p. ej., el modelo de precios dinámicos de Uber).
Mejorar la eficiencia del marketing al dirigirse a los clientes adecuados en el momento adecuado.
Una mejor toma de decisiones se traduce directamente en agilidad operacional y mayores ingresos.
Innovación en nuevos modelos de negocios
Los algoritmos han permitido modelos de negocios completamente nuevos que antes eran imposibles:
Emparejar la oferta y la demanda de servicios de manera dinámica y precisa, así como la fijación de tarifas, en casos como Airbnb y Uber.
Innovaciones en modelos de prestación de servicios (p. ej., Stripe, Nubank, Paypal) que mejoran la calidad del servicios y los tiempos de respuesta al automatizar la evaluación de riesgos financieros y reducen de forma significativa sus costos que les permiten mejorar las tarifas para los clientes.
Estas innovaciones alteran las industrias tradicionales y crean nuevas oportunidades de crecimiento.
Las tecnologías, ahora, si importan
En esta nueva era de las tecnologías digitales se crea una gran diferencia en ellas que es muy importante tener en cuenta. En la actualidad se puede decir que existen dos tipos tecnologías: unas que están disponibles para todo el mercado y otras que son exclusivas, o controladas, por las empresas que las desarrollan. En este sentido es muy pertinente revisar un polémico artículo de Nicholas Carr publicado en Harvard Business Review que se llamó “Las TI no importan”. Su tesis principal es que la teoría económica aplica perfectamente en la tecnología y, por tanto, lo que le confiere valor es su escasez y no la abundancia. Es decir, toda tecnología que es abundante y se puede adquirir con facilidad en el mercado no ofrece ninguna ventaja particular a un actor sobre otros actores de la industria. Ahora, el caso de las tecnologías que son exclusivas de las empresas que las desarrollan si ofrecen una ventaja competitiva y crean valor.
En la actualidad, cada día es más fácil tener acceso a hardware (capacidades de procesamiento, almacenamiento y telecomunicaciones) y software comercial para cualquier tipo de empresas. Desde pequeños emprendimientos hasta grandes corporaciones pueden contratan los mismos servicios en la nube de AWS, CRM de Salesforce o Soho, ERP de Odoo, software de productividad en Google o Microsoft, o aplicaciones colaborativas como Slack o Miro. Podemos catalogar a estas tecnologías como de infraestructura.
Por otra parte, hay un tipo de tecnologías que sí generan un valor estratégico y diferenciador: los algoritmos y datos. Estos son únicos y exclusivos de las empresas que los desarrollan. Estas “tecnologías algorítmicas” hacen posible que negocio pueda ofrecer servicios y operar de forma diferenciada. Así, por ejemplo, el algoritmo que hace posible las conexiones entre ofertantes y buscadores de empleo en LinkedIn, o entre huéspedes y propietarios de viviendas en Airbnb; así como la que personaliza las compras en Amazon.com es único para cada una de ellas, y crea un valor significativo sobre cualquier otro competidor. También lo es, por ejemplo, el código que facilita las búsquedas en Google y, más recientemente, y el que entiende y responde con precisión las promts en ChatGPT.
Con los datos sucede los mismo. El conocimiento que las empresas generan a partir del análisis de los datos de sus clientes, del mercado y de las operaciones es único. Este nuevo conocimiento ayuda a diseñar mejores productos y servicios, tomar decisiones más acertadas y descubrir oportunidades que otras empresas no pueden. Un ejemplo emblemático es Netflix, que fue capaz de identificar con mucha precisión los patrones de consumo y perfiles de sus consumidores, logrando personalizar la experiencia de cada cliente. Lo mismo ha sucedido con los datos que recoge Uber, Amazon, Instagram, y ni hablar de TikTok.
La ventaja algorítmica
Saber convertir algoritmos en soluciones específicas para los negocios, tanto en las operaciones internas como en los servicios de cara al clientes es una competencia estratégica que deben desarrollar los negocios de la era digital. No me refiero a la simple habilidad o capacidad de programar, sino a la competencia organizacional necesaria para idear, desarrollar, implementar, mejorar y escalar los algoritmos para que se conviertan en palancas de valor.
Cualquier programador más o menos entrenado puede desarrollar un código que ejecute algunas acciones. Pero hacer que los algoritmos se conviertan en servicios convenientes, útiles, rápidos, personalizados, precisos, baratos y gratificantes para el cliente es otra cosa. Lograr esto exige diferentes habilidades en los negocios que van más allá de saber programar. Esto hará que la base de clientes crezca de forma sostenida, y en consecuencia el valor del negocio a largo plazo.
Por eso, parafraseando el famoso artículo de Marc Andreessen, las empresas que dominen el desarrollo de algoritmos se comerán el mundo.
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